Capitulo 2
Cuando el tigre probó a su gato
(KookV)
Taehyung se había despertado en medio de la noche, al principio creyó que su sobresalto se debía al constante dolor en la espalda, pero el dolor seguía ahí como siempre. Masajeándose la frente, trato de recordar de qué iba el sueño, sabía que no era algo bonito ya que un sudor frio le bañaba el cuerpo bajo su piyama. El saber que no podría caminar hasta el baño para refrescarse sin tener que despertar a alguno de sus hermanos o a sus padres, le hizo sentir aún más miserable de lo que ya era. Estaba seguro que si fuera Jimin el que estuviera en esa situación, habría alguien durmiendo con él en la habitación para asegurarse que estuviera cómodo.
El médico le había dicho a Taehyung que los nervios de su espalda tardarían en reconstituirse, que si hubiera sido humano de seguro estaría muerto. En ese momento ya no sabía que sería peor. Cuando su madre y el doctor pensaban que dormía, se habían puesto a hablar sin preocuparse del cachorro enfermo. Lo que el joven felino había escuchado, lo hizo sentirse lleno de esperanzas, si lo sometían a terapia, la rehabilitación de sus huesos y nervios sería más rápida, podría caminar. De esa conversación hacia dos semanas y nadie había mencionado el llevarlo a l algún especialista en cambiaformas.
Cerrando los ojos Taehyung trato de dormirse, después de más de una hora de intentar, logro perderse en el mundo de los sueños. En ellos un enorme tigre, tan grande como un automóvil pequeño, caminaba majestuoso entrando a su casa. Aún en el sueño, al pequeño felino le pareció extraño el hecho de que aunque era pleno día, el enorme animal entro como amo y señor, haciendo que su familia le diera paso.
El corazón de Taehyung comenzó a latir a toda prisa, el enorme animal subía las escaleras que lo llevarían hasta la segunda planta, donde estaban los dormitorios. En su sueño, sabía que era lo que buscaba el tigre, lo buscaba a él.
Un grito despertó a Taehyung, para darse cuenta que era el suyo. Bañado en sudor abrió los ojos trabando de observar su habitación a oscuras, casi le parecía ver al enorme animal vigilándolo desde el marco. Cuando la puerta comenzó a abrirse, sintió que el corazón se le iba a salir por la garganta, las formas femeninas dibujadas por la luz que entraba por la ventana, le dieron una pista de quién podía ser su visita nocturna.
—¿Qué haces aquí? — pregunto el joven felino, apartándose unos mechones castaños que se le había pegado a la piel por la humedad del sudor sobre su rostro.
La sonrisa tímida de la chica le dejo claro que ella no estaba muy cómoda allí parada bajo el marco de la puerta ahora abierta—. ¿Es que no puedo venir a ver a mi hermanito? — se encogió de hombros la felina.
Taehyung le sonrió como única respuesta, de qué le serviría echarle en cara su abandono. Jihyo entendió que el cachorro se reservaba su derecho a comentar—.Siento haberte dejado solo todos estos días—, se excuso la hermana mayor — pero es que las cosas están de cabeza por aquí.
El joven cachorro observo a la felina, se notaba que su grito la había despertado por que venía a su habitación en camisón y tenía el largo cabello castaño peinado en una trenza.
—No importa—, se encogió de hombros Taehyung— mamá se ha ocupado de mí… Solo tengo que llamarla cuando ocupo ir al baño, me ayuda con mi aseo y me trae la comida a mis horas. Supongo que el hecho de que me aburra no es culpa de nadie.
Jihyo se sentó en la horilla de la cama, le dedico una larga mirada al pequeño cuerpo del cachorro más joven de la manada. El chico siempre había sido bajito y esbelto, pero ahora era como una brizna de hierba bajo el terrible sol de verano. Encendiendo la luz de la lámpara junto a la cama pudo observar los ojos color miel de su hermanito menor, antes siempre alegres y juguetones, ahora apagados con una sombra de gran tristeza.
— Sé que te hemos tenido abandonado—, se excuso Jihyo, siempre había sido de la opinión que la verdad es la solución a todos los problemas—pero es que con lo de Jimin, el mundo se nos ha venido encima.
Taehyung trago el nudo que se le estaba formando en la garganta, era de suponer que la fuga del preciado tesoro de la familia causaría mucho malestar — Sí, supongo que el que se fuera con ese lobo molesto mucho a papá y a mamá… bueno, y a ti también. Siempre lo viste como tú bebé.
Jihyo supo enfrentar lo que le tocaba del reproche, el chico tenía razón, aunque no por las razones que él suponía—. El problema no está en que se fugara, no realmente. Lo que pasa es que el tigre le había dado a papá lo necesaria para que apenas estuviera en su primea luna, fuera tomado como pareja...
—Y él se escapo— completo Taehyung.
—Sí—, estuvo de acuerdo Jihyo— y lo peor es que el alfa de los tigres vino a reclamarle a papá la devolución de lo dado.
—¿Qué se lo devuelva? — fue la respuesta obvia según el joven gato.
—Yo pensaba lo mismo—, suspiro la hermana mayor—pero al parecer ya se invirtió el dinero, además de que las tierras que se nos cedieron era algo que realmente necesitaba la manada… Papá llego al colmo de exigirle al Consejo de Cambiaformas que Jimin fuera devuelto a nosotros para entregarlo al Tigre.
Una mueca de dolor se dibujo en la joven carita del gatito montés al tratar de sentarse por sí mismo, la espalda dolía demasiado.
—¿Te sientes muy mal? — pregunto Jihyo acariciando la mejilla pálida de Taehyung— ¿Quieres que te de algo para el dolor?
El cachorro respiro profundo tratando de relajarse, según el doctor, la tensión solo empeoraba su precaria situación, ya que los músculos se contraían estrujando los nervios—. Estaré bien, en ocasiones duele más que otras. Ayúdame a recostar la espalda en las almohadas, sería bueno cambiar de posición.
Con cuidado Jihyo le ayudo a recostarse en una posición vertical, el sudor y la palidez del rostro del chico le dijo a la felina que realmente le estaba doliendo—.¿Mamá sabe que te duele tanto? — no pudo evitar preguntar.
Taehyung espero que lo peor pasara—Se lo dije un par de veces, pero siempre parece estar muy ocupada—, trato de excusar a la mujer.
Jihyo se puso de pie en silencio, se dirigió al baño, tomando una toalla la humedeció en el lavado— Déjame refrescarte— sentándose nuevamente junto a Taehyung, comenzó a pasarle la tela por la piel del rostro y el cuello—. Hay hermano— se lamento— con todo lo que ha pasado nadie se ha acordado que tu también sufres.
El cachorro solo se encogió de hombros, eso ya no era noticia para él. Siempre había sospechado que sus padres deseaban llegar hasta Jimin en eso de la tenencia de cachorros. Él de seguro había sido un accidente desafortunado con el que nadie sabía qué hacer. Tragándose las lágrimas,
sonrió sin que el gesto se reflejara en sus ojos— ¡Qué más da!...No es como si con mimos me fuera a curar más rápido.
—Pero al menos sería más cómodo para ti— agrego Jihyo sintiéndose bastante culpable—. Ya verás que cuando se solucione este asunto con la manada de los tigres mamá y papá podrán concentrarse en buscar una solución para tu situación.
—Tengo sueño— quiso terminar con la conversación. Para esas alturas poco le importaba si el mundo se acababa mañana, solo quería quedarse solo nuevamente. Era incomodo que alguien te recordara cuál era tu lugar en la lista de prioridades familiares.
—Duerme—, susurro Jihyo mientras le daba un beso en la frente a su hermanito menor— me quedaré contigo hasta que lo hagas.
Quizás por la presencia de alguien más en la habitación, o tal vez porque realmente estaba cansado, el sueño no tardo en llegar, llevando al gatito a un mundo sin tanto dolor.
Con sumo cuidado, Jihyo arropo al indefenso cachorro, todavía era tan joven, era injusto que su primera luna la pasara en cama. El alma felina sufriría al sentir los calores del celo y no poder salir a correr bajo la luz de la dama plateada. De todos sus hermanos este siempre había sido el alma alegre, el simpático de la familia, viéndolo así solo parecía un pequeño gatito abandonado a los pies de una escalera. En ese momento se propuso dejar de pensar tanto en Jimin, después de todo el chico ya tenía una pareja que se ocuparía de él.
Jihyo sentía el alma demasiado pesada como para poder dormir, bajando la escalera llego hasta la primera planta, el reloj de la sala marcaba las doce de la noche. Estaba por entrar a la concina cuando escucho ruido desde el estudio de su padre, lugar donde él y Ailee acostumbraban hablar cuando no querían que sus hijos metieran las narices.
Tomando forma felina, Jihyo camino sigilosa sobre sus cuatro patas. Al llegar frente a la puerta del estudio, descubrió que esta no había sido cerrada del todo, de seguro supusieron que a esas horas ninguno de sus hijos andaría deambulando por
allí. Con una sonrisa gatuna se arrastro dentro de lugar, escondiéndose tras un sillón, espero a ver qué estaba pasando.
—¡Debes estar bromeando! — Hablo entre dientes Ailee — es sólo un cachorrito—. Dejándose caer en una silla que estaba frente al escritorio —Tienes que negarte… tienes que hacerlo.
Park observo a su hermosa esposa, el cabello rubio le cubría el rostro al agachar su cabeza y ocultar su dolor con sus manos blancas, sabía que lo que pedía a su esposa era demasiado para cualquier madre.
—Sabes que al ser alfas de una manada debemos hacer todo lo posible por el bienestar de los miembros— aclaro el hombre, arrodillándose frente a la silla de su esposa, le acaricio el largo cabello color sol—. La manada necesita esas tierras, hemos crecido demasiado y este territorio no es suficiente para la carrera de luna llena, el dinero que el tigre nos dio lo usamos para acondicionar la pequeña clínica… no hay otra solución.
Para Jihyo, ver a su madre llorar como una niña mientras su padre trataba de consolarla, era para traumatizar a cualquiera, ya que Ailee era una mujer fuerte, capaz de enfrentar cualquier cosa.
—Pero es solo un niño—, se puso de pie Ailee, negándose a ser consolada por su pareja— ni siquiera ha pasado por su primera luna… Además, está enfermo…
El imponente alfa de los gatos monteses se levanto de donde estaba arrodillado, pasándose las manos por el cabello café oscuro, trato de ordenar sus ideas—. Ya le he dado todas las largas al asunto que he podido… No hay otra solución… Él quiere un cachorro virgen, no quiere arriesgarse a que ocurra lo mismo que con Jimin, quiere asegurarse de que no esté emparejado cuando él lo tome.
Ailee se dio la vuelta y encaro a su marido, sus ojos color miel había tomado una expresión feroz— es contra la ley entregar a un cachorro que todavía no ha madurado sexualmente. —Exacto—, grito Park golpeando con la mano abierta el escritorio — al igual que es ilegal no haber cumplido un contrato de apareamiento… Si el alfa Jungkook pone una queja formal ante Consejo, nos harán pagar una multa de que no estoy seguro de poder pagar.
—Pues no sé cómo diablos vas a ser para resolver esto—grito de la misma manera la hembra alfa—. No vas a entregar a mi pequeño gatito a ese salvaje, ese miserable fue el que lo lastimo…
—Fue un accidente—, aclaro por milésima vez Park—si agredes a un alfa no puedes esperar nada menos que eso.
—¡Es tu hijo! — Le recordó la mujer, ahora su voz era baja y filosa como una navaja—. Ni si quiera puedo ver a la cara a mi cachorro sin recordar el triste destino al que lo quieres condenar… Ya permití que humillaras a Jinin delante del Consejo porque pensé que tenías razón. El decir que ese maldito saco de pulgas lo había obligado y lo del embarazo falso no era más que patrañas tuyas para retenerlo, aún a sabiendas del daño que le harias…
El alfa de los gatos monteses dio un paso al frente, acorralando a su esposa contra el escritorio, envolviéndola entre sus brazos beso los suaves mechones de cabello castaño—. El nuevo contrato ya está firmado— la sostuvo con fuerza, tratando de que su pareja no lo matara allí mismo— mañana vendrá el alfa por su prometido.
Antes de ser descubierta, Jihyo huyo de la intima escena entre sus padres. Corriendo llego hasta el segundo piso, una vez allí tomo su forma humana, abriendo la puerta de su habitación entro mientras trataba de recuperar el control de su respiración.
Miles de ideas surcaban su mente, ninguna era alegre. Si al menos su hermanito estuviera en mejores condiciones, ella misma lo habría convencido de escapar juntos, de esa manera al menos lograría salvarlo de ese negro destino. Ese alfa se comería vivo a su hermanito, tenía fama de ser cruel con cualquiera que no cumpliera con sus expectativas, para nadie era un secreto la manera tan cruel como trataba a su tío, el hombre que lo había cuidado gran parte de su infancia.
Taehyung aún dormía, o al menos lo intentaba, con los ojos cerrados se negaba a enfrentar el nuevo día. Durante toda la noche sueños extraños lo habían asaltado, oscuridad y unos ojos verdes le perseguían mientras él huía entre pasadizos interminables.
—Sé que estas despierto— la voz tersa de Jihyo, la mano suave sobre su hombro, lo obligaron a abrir los ojos.— Necesitas desayunar. Me he dado cuenta que no lo has estado haciendo mucho últimamente.
El joven felino trato de incorporarse, pero el dolor en su espalda le recordó que aquello era una mala idea—Ayúdame a sentarme—, pidió con voz temblorosa— es incomodo hablar contigo estando acostado.
Con el mayor cuidado que pudo, ayudo a Taehyung a incorporarse, colocando algunos almohadones logro acomodarlo. Ignorando la transpiración que ahora cubría el rostro lívido del cachorro, trato de asegurarse que en esa posición la espalda estuviera apoyada mientras el chico podía estar en una posición más digna.
—¿Más cómodo así? — pregunto Jihyo dedicándole una sonrisa que intento parecer animada. Como si alguien pudiera sentirse de algún modo feliz después de saber el destino de su hermanito menor.
—En unos momentos el dolor pasar—, jadeo Taehyung sin poderlo evitar.
—Eres valiente, hermano— acaricio con cuidado los risos de niño del cachorro.
Taehyung le sonrió cansado — quiero que cortes mi cabello.
La petición dejó algo descolocada a Jihyo— ¿Para qué?... Siempre has sido un niño hermoso con tus risos castaños.
—Hoy es mi cumpleaños— fue la sencilla respuesta—. En un mes será mi primera luna como adulto y yo ya no quiero parecer un bebé… no lo soy, ni nunca lo he sido… Creo que es hora de que lo acepte.
Si una bomba hubiera caído en medio de la habitación, quizás Jihyo habría podido reaccionar — No digas eso— balbuceo la felina sin saber qué más podía decir.
—Sabes, el estar aquí sin nada que hacer, me ha dado tiempo para pensar— la voz de Taehyung era suave, tranquila, como si estuviera contando la historia de alguien más—. Desde que tengo memoria he sido el pequeño problema de la familia, el
niño que no sabían con quién dejar cuando la manada salía a correr— mirando a su hermana, agrego—Jimin tenía tus brazos y yo nunca tuve nada.
—Mamá cuidaba de ti— se defendió Jihyo poniéndose de pie—, yo me ocupaba de Jimin para que ella pudiera encargarse del nuevo cachorro.
La risa de Taehyung estaba llena de amargura mal disimulada — ¿Te refieres a la madre que estaba demasiado ocupada siendo la madre de una manada completa?
—Las cosas han sido difíciles para nosotros— se sentó nuevamente en el lugar que había dejado, en la horilla de la cama junto a su hermano— la última lucha entre manadas cobro muchas vidas… Cuando mamá y papá se emparejaron eran cenizas lo que quedaba para dirigir.
—Sé honesta conmigo— bajo la voz nuevamente— ¿Qué está pasando?
Jihyo, al ver la mirada asustada de su hermanito, supo que de algún modo sabía— ¿Qué quieres que te diga?
—¿Por qué todos me miran como si fuera un condenado a muerte? —fue la pregunta de quién estaba cansado de pasar por tonto— Minjae y Yoona me evitan como si tuviera una enfermedad contagiosa, madre se niega a mirarme a los ojos, a papá solo lo he visto cuando el doctor viene a revisarme, apenas si me habla.
Jihyo bajo la mirada, de pronto sus manos se volvieron un asunto muy interesante que valía la pena estudiar mientras estaban sobre su regazo— Creo que de todos modos te enterarás— suspiro la felina—. Papá ya te ha encontrado un pretendiente. Vendrá por ti antes de que pases por tu primer celo.
—¿Qué? — Ahora sí que su padre había perdido la cordura— Estoy postrado en una cama… Él lo sabe… Nadie puede aceptar una pareja que no se sabe cuándo podrá… Además, mi primera luna todavía no llega…
Tantas preguntas y Jihyo no sabía que decir que no fuera a matar del susto al cachorro—. ¿No vas a preguntarme quién es tu prometido?
Taehyung se encogió de hombros, mirando a través de la ventana suspiro— Qué importa quién será mí esposo, definitivamente ya no puedo decir nada al respecto… No es como que pueda escapar por la ventana.
—Cuando lo sepas vas a desear hacerlo, créeme—. Sonrió de una manera enfermiza.
Ahora sí que Jihyo se gano la total atención del chico— No seas cruel conmigo, no estoy para bromitas tontas… —¿Qué dirías si tu futura pareja fuera Jeon Jungkook, el alfa de la manada de tigres?
El aire dejo los pulmones de Taehyung, es más, sintió como si su alma dejara el cuerpo para caer en picada momentos después— ¡No la jodas! — chillo el felino. El dolor en su baja espalda no era nada en comparación con la impresión.
Jihyo se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro de la pequeña habitación— Escuche a nuestros padres decirlo, al parecer esperaban su llegada para hace varios días, pero al parecer pudieron retrasarlo.
—¿Mis otros hermanos lo saben? —fue la pregunta de rigor.
—Si—, no había que otra casa decir—todos lo saben. Papá nos informo de las “buenas nuevas” cuando estábamos cenando anoche. Al parecer mis otros hermanos, al igual que yo, ya tenían una idea de que era lo que se traían mamá y papá.
—¡Genial! — se lamento Taehyung sintiendo el peso de la noticia— ¿Cuándo pensaban decírmelo?... ¿Cuándo mi flamante prometido y me tuviera empacado en una caja?
Jihyo paro de inmediato su deambular nervioso—, no digas eso hermano—llevando su mano al corazón, trato de poner buena cara— Hablare con nuestros padres, debe de haber una manera.
—La única manera sería que Jimin viniera a cumplir el contrato— se encogió de hombros Taehyung— y eso no va a suceder. Lo único que me pregunto es si el tigre sabe cuál es mi condición.
—Te recuerdo que él la causo—, los ojos color miel de la chica miraron con ira mal contenida— no es como que pueda quejarse.
Unos golpes en la puerta interrumpieron la charla que para ese momento había bajado hasta el punto de ser un intercambio de susurros. Park entraba, tomando por sorpresa a ambos chicos, ya que traía en sus manos el desayuno de Taehyung.
—Tengo que hablar contigo, hijo—hablo el hombre dejando la bandeja sobre la mesita de noche—. Hija, te agradecería que nos dejaras solos.
Jihyo quiso protestar, la mirada del alfa le dejo claro que más le valía salir en silencio. Bajando las escaleras llego hasta la sala, donde estaban sentado Yoona y el otro hermano. Los chicos se veían cabizbajos, silenciosos, con esa expresión reservada para los funerales.
—¿Papá está con Taehyung? — se atrevió a preguntar Minjae, sentado junto a Yoona, ambos parecían gemelos.
—Si—, balbuceo Jihyo mientras se secaba una lágrima que pronto fue acompañada por otros más— él le está diciendo lo de su compromiso.
—Pobre papá—, hablo Yoona, de todos los hermanos eran la que siempre trataba de buscarle una solución diplomática a las cosas.
—¡Estas de broma! — Chilló la felina, poniéndose de pie— papá lo está entregando a una muerte segura.
Minjae observaba el duelo de miradas entre sus hermanos —. Esto no es fácil para nadie—, se atrevió a interrumpir— mamá parece un alma en pena, papá esta de un humor insoportable.
Los tres cachorros se sentaron silenciosos sin atreverse a levantar la mirada, se dedicaron a esperar. Pasado más de media hora, el ruido de pisadas hizo que todos dirigieran la vista a las escaleras. El alfa bajó sin dignarse a decir nada, simplemente se dirigió a su estudio. El golpe de la puerta arranco varias astillas del marco, dejando saber que de allí no conseguirían ninguna información.
—Ve con Taehyung— interrumpió el silencio Minjae— yo no sabría que decirle. Yoona estuvo de acuerdo asintiendo con un movimiento de cabeza.
Jihyo se puso de pie, sin saber muy bien que encontraría, se fue a la habitación de su hermano. Reteniendo el aire se trago su pena, no tenía derecho al consuelo. Sobre la cama, con la espalda recostada sobre los almohadones estaba la pequeña
figura de Taehyung. A Jihyo le habría parecido una hermosa estatua de cera, tan quieto y pálido, solo las lágrimas que recorrían las mejillas y el sutil temblor de los hombros dejaban ver que estaba vivo.
—¿Qué te dijo? — pregunto Jihyo apenas disimulando el nudo que tenía en la garganta.
—Déjame solo—, las palabras pronunciadas con tanta firmeza tomaron por sorpresa a la felina — por ahora solo quiero descansar.
—Hermano— trato de iniciar una conversación, pero el chico simplemente la ignoro, centrando toda su atención en la ventana abierta observo el movimiento de las hojas al ser mecidas por la brisa de la mañana.
— Él vendrá por mí mañana—, la voz de Taehyung detuvo a Jihyo cuando esta ya estaba en la puerta—todo está arreglado. Papá dice que no lo puede retrasar más las cosas.
—Algo tenemos que hacer— susurro dándole la espalda a su hermano, aún sin quitar la mano del picaporte.
—Creo que después de todo de algo le serviré a la familia— hablo el cachorro. Un ave le observaba desde la rama del árbol cercano.
Jihyo apretó tan fuerte el picaporte que este se fracturo, sin darse la vuelta se negó a encarar al chico— no digas eso—. Con esas sencillas palabras salió de allí con el alma tan pesada que pensó que en cualquier momento la sentiría caer al piso.
Taehyung escucho el sonido de la puerta al ser cerrada, su desayuno se enfriaba sobre la mesita junto a su cama, el sol poco a poco subía a lo alto del cielo. Poniendo una mano sobre la otra en su regazo trato de detener el temblor que le sacudía el cuerpo.
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