Capitulo 3
Cuando el tigre probó a su gato
(KookV)
Yoongi tenía una sonrisa que decía que era un gran hijo de puta zorro inteligente— Podrás ir cuando quieras por tu pareja.
Jungkook coloco la copia del contrato sobre el escritorio, en silencio observo como su mejor amigo tenía esa expresión que no dejaba dudas acerca de cuál era su naturaleza animal—.No lo puedo creer—, tuvo que reconocer el alfa de los tigres— ni siquiera tuviste que apelar al Consejo.
— En ocasiones es mejor arreglar los asuntos con la cabeza que con las garras—.Aclaro mientras observaba de manera crítica la decoración del estudio de su jefe— ¿Has pensado en hacer que esto parezca tuyo?... Ya sabes, todavía está todo como si tu padre pudiera entrar por esa puerta en cualquier momento.
—¿Para qué?—, se encogió de hombros el tigre— Este lugar tiene lo que necesita, un escritorio, sillones, la mesa del café, hasta tiene una ventana, qué más puedo pedir.
Yoongi simplemente sonrió, su amigo era del tipo práctico, criado y educado para ser un guerrero. El zorro esperaba de todo corazón que la pareja del alfa le diera a la manada un ambiente más de familia, ya que para ser justos, a veces era más un campamento militar que otra cosa.
—¿Cuándo iremos por tu pareja? — pregunto yoongi mientras se ponía de pie, aún tenía algunas cosas que coordinar, especialmente el asunto de la seguridad.
Jungkook pareció pensárselo, después de un momento, contesto— arregla todo para mañana. Saldremos en el helicóptero, luego tomaremos los vehículos.
—Hablaré con tu Beta para analizar la manera más segura de traer al cachorro—, propuso el cambia formas zorro— no resulte ser que tu tío decida darle una bienvenida más a su estilo.
El bajo gruñido de Jungkook no dejaba duda de lo lindo que le resultada recordar que ese pedazo de mierda compartía lazos de sangre con él—.Bien, arregla todo. No quiero sorpresas.
Yoongi asintió, si quería que la pareja del alfa estuviera en casa para el anochecer del día siguiente, tenía mucho trabajo por delante— Te llamo a tu línea privada en cuanto tenga todo arreglado.
El tigre observo como su amigo salía con ese andar suyo tan cadencioso, sonrió al pensar en todo el revuelo que causo cuando le presentó al nuevo miembro de la manada a su padre. Aunque todos pusieron el grito en el cielo, al ver llegar a ni más ni menos que un zorro, su padre reconoció en el joven cachorro un aliado valioso. Entregándolo como sirviente a Jungkook, permitió que este fuera a la universidad, sacando el máximo provecho a la despierta inteligencia del muchacho.
Lo más divertido de todo ese asunto, es que los mismos que renegaron de la llegada del zorro, ahora trataban de convencer al atractivo cambia formas que follar con tigres era todo un evento. Lástima que el pelirrojo fuera una mierda testaruda, todo siempre tenía que ser bajo sus términos. Eso era lo que más le agradaba del hombre, hasta el punto de que acabaron siendo los mejores amigos.
Entre el Beta y Yoongi los preparativos estuvieron listos, se decidió que lo mejor sería que Jungkook se quedara en las instalaciones principales de la manada, de manera que despistara a los espías de Dylan. Antes de que la luz del sol se extinguiera, el zorro salía en el helicóptero acompañado por el Beta, cosa que ocurría por lo común si el alfa necesitaba que alguien pateara culos mientras el pelirrojo tomaba nota de cuanto se desgastaban las botas el enorme tigre.
— ¿Es verdad que estas por reclamar a tu pareja? — pregunto Yoongi mientras se sacudía una pelusa imaginaria de su traje hecho a la medida— tengo entendido que el antiguo alfa te dio el derecho de escoger a cualquiera que sea de tu gusto.
La sonrisa del Beta fue tan amplia que el zorro pensó que al muy maldito se le iba a partir la cara— Sí, es el pago que se me prometió por mantener vivo a Jungkook cuando este apenas si podía aguantar el peso de su propio cuerpo.
Yoongi observó al hombre, eran casi dos metros de musculo sólido, ojos cafés claros que parecían poder leer tu mente si te miraban fijamente, cabello rubio ondulado, como casi todos los miembros de la manada de los tigres, pero lo que más llamaba la atención de este espécimen de macho en particular, era esa mezcla entre portero de bar de mala muerte y la mente tras el crimen. En ese hombre no había nada suave, no tenía esquinas redondeadas, era peligro puro.
—¿Y se puede saber quién será la afortunada? — No pudo evitar preguntar, era un zorro después de todo.
—¿Quién te dijo a ti que es una hembra? — La voz ronca recorrió la espina dorsal de Yoongi, rematando en la base de su sexo— He dejado que se divierta un poco, pero ya es hora de que sepa quién es su dueño.
Las palabras acompañadas por ese tono de voz, eso sin contar la mirada calculadora del hombre, fueron suficientes para que Yoongi tragara en seco. Casi sentía lastima por el pobre tipo que acabara debajo de ese macho territorial, ese enorme tigre no sería algo fácil de maniobrar, ni aunque se tuviera toda la experiencia del mundo.
—Si necesitas alguna documentación o algo—, propuso el zorro tratando de mantenerse tranquilo— yo te puedo ayudar.
—No te preocupes—, sonrió el tigre— si necesito ayuda, serás el primero en saberlo.
Sitiándose extrañamente incomodo con la conversación, Yoongi decidió que lo más seguro para su paz mental era concentrarse en algunos pendientes.
Abriendo el portátil se concentro en el trabajo, de vez en cuando levantaba la vista para observar a su compañero de viaje, el cual miraba el paisaje a través de la ventanilla.
El trayecto aéreo fue tal y como fue previsto, al aterrizar en el aeropuerto privado la noche había caído hacia un buen rato. Fuera del hangar los esperaba una camioneta negra, doble tracción y reforzada contra la mayoría de cosas que podían hacer que un día bonito se convirtiera en una mierda.
Jin se sentó en el asiento del conductor, Yoongi quiso protestar, pero por experiencia sabía que eso era perder el tiempo.
—Por ahora nos quedaremos en el hotel— anuncio el Beta mientras encendía la camioneta.
—Se supone que iríamos por el cachorro de una vez— le recordó Yoongi mientras acomodaba su corbata que era del mismo tono gris que sus ojos.
—No—, la respuesta del tigre fue contundente— es mejor que piensen que esta encomienda es algo de rutina.
Yoongi se mordió los labios, después de todo se jugaban mucho en ese viaje, como para no tomar todas las medidas de prevención que estuvieran al alcance.
La mañana encontró al zorro duchado e impecablemente vestido, su infancia había transcurrido entre casas de acogida y basureros en callejones, siempre hacía lo posible por dejar a tras ese sentimiento de abandono, de estar sucio. Dándose una última mirada frente al espejo, se acomodo el saco del traje azul oscuro. Estaba listo para ir por la pareja de su mejor amigo.
Al salir encontró al Beta tan bien vestido como siempre, el tipo parecía que solo tenía tres pantalones vaqueros desde que los habían sacado al mercado por primera vez. El muy maldito se vería sexy aunque se cubriera con un saco de patatas.
—¿Listo? — Pregunto Yoongi mientras llegaba hasta la acera donde la camioneta estaba estacionada.
El tigre asintió mientras daba la vuelta para entrar— en unas dos horas tendremos a la pareja del alfa y podremos regresar a casa.
Una vez dejaron la carretera principal, el camino se convirtió en una tortura, ya que al parecer había llovido durante la noche.
—¿Quieres correr? — pregunto Jin, tomando por sorpresa a Yoongi, el tipo parecía que en ocasiones podía leerle la mente.
Sin desviar la vista de la ventana, respiro profundo para llenar sus pulmones con el olor de la tierra húmeda. Su animal interno se retorcía queriendo salir a jugar, persiguiendo a los pequeños animales que huían espantados del vehículo en movimiento.
—Otro día será— suspiro Yoongi. En realidad llevaba mucho tiempo sin tomarse un momento para estirar las patas—. Por ahora hay que tomar al cachorro y rogar para que todo salga bien.
Jin resoplo, pero no dijo nada más. Frente a ellos apareció el portón que delimitaba el área del alfa, donde estaba la vivienda de su familia inmediata.
Lo que ocurrió de allí en adelante era algo que nunca hubiera pasado por la mente previsora de Yoongi, la futura pareja del alfa, además de ser casi un niño, estaba acostado en una cama por un accidente con Jungkook. Lo peor es que ya no había nada que hacer, debían llevar al chico hasta la manada, sea cual fuere su estado.
Después de un momento de observar en silencio al cachorro sentado en aquella silla de ruedas, el abogado se recompuso de la impresión — ¿Crees que podrás viajar? —pregunto al joven felino.
La familia de gatos monteses estaba en pleno, de pie en aquella sala, la alegría que solía haber en momentos como ese, donde el pretendiente era llevado ante su compañero, no existía en ese lugar. Jin estaba a la espalda de Yoongi, listo para partir en dos a cualquiera que se atreviera a mirar feo al zorro.
El joven cachorro se veía tan indefenso allí, todos estaban a su alrededor, pero eso al zorro no lo engañaba, él podía saber cuando ya alguien te hecho tierra encima sin darte tiempo de exhalar tu último aliento. La mirada entristecida de la madre, que se apoyaba en la que al parecer era la hija mayor, los otros dos hermanos gemelos sentados en el sofá que miraban a cualquier parte menos al hermano menor, el padre que aunque de pie tras la silla de ruedas, ni una sola vez hablo como si su hijo estuviera presente.
—Sí—, fue la temblorosa respuesta del joven felino— si tengo donde apoyar la espalda y me aseguran con los cinturones, podré soportar el viaje.
—Bien—, hablo Yoongi— entonces vallamos ya—.Realmente estar en medio de esa familia de mierda lo estaba poniendo nervioso. Se veían demasiado ansiosos por acabar con todo eso de una vez, de seguro llorarían y se lamentarían por la entrega del cachorro, pero estaba seguro de que fácilmente se repondrían.
Antes de acomodar a Taehyung en el asiento de atrás de la camioneta, Yoongi se había leído la copia del expediente médico del cachorro. Si ya antes estaba pateando piedras,ahora realmente estaba cabreado, la situación del chico no era permanente, es más, el médico recomendaba rehabilitación para acelerar el proceso de sanación de los nervios.
Una vez asegurado en el asiento de atrás al cachorro, el zorro y el Beta comenzaron el viaje de regreso. Aunque no habían intercambiado más que una o dos opiniones al respecto, ambos hombres estaban de acuerdo en que lo mejor que podía pasarle al gato montés era marcharse con ellos.
El alfa de los gatos monteses había explicado cómo había sido el "accidente" de Taehyung, el tipo parecía más interesado en quedar bien con ellos que en defender el punto del cachorro. Apenas llegaran al hotel, Yoongi llamaría a Jungkook para contarle lo que tendría que esperar, no quería que el gatito se asustara al ver el enojo del enorme tigre.
Taehyung ahogo un grito cuando la camioneta calló en un bache del camino, el dolor había hecho que el sudor mojara con pequeñas gotas su rostro.
—Detente—, ordeno Yoongi a Jin al ver al ver la palidez del cachorro— algo no va bien con el chico.
De inmediato la camioneta se detuvo a un lado del camino, ambos hombres bajaron. El Beta tomo una botella de agua, humedeciendo una toalla se la entrego al zorro.
Yoongi se sentó junto a Taehyung que jadeaba por el dolor— Te duele mucho, ¿verdad? — pregunto mientras limpiaba el sudor de la piel fría del gato.
A Taehyung le hubiera gustado negar, pero su respiración entrecortada decía mucho al respecto —. Puedo seguir—aseguro valientemente—, solo necesito unos momentos, eso es todo.
Yoongi intercambio miradas con Jin, en una comunicación silenciosa se tomaron decisiones. Al notar que las pastillas para el dolor relajaban al herido, lo dejaron dormir. Tardaron el doble en llegar a la carretera principal, ya que ahora el Beta conducía con sumo cuidado, evadiendo cualquier cosa que hiciera que el vehículo se sacudiera.
Esta vez escogieron un motel de carretera, en el cual algunas habitaciones contaban con un garaje que permitía estacionar el vehículo y llegar directamente a la habitación. Le daba privacidad a sus ocupantes, buena cosa en una salida de amor prohibido.
Taehyung fue acomodado cuidadosamente sobre la cama, los gemidos ahogados del chico demostraron a sus guardianes que era de espíritu valiente. Entre Jin y Yoongi trataron de que estuviera lo más cómodo posible, tomando en cuenta la situación.
Después de darle la medicación decidieron dejarlo dormir por unas horas, luego le darían algo de comer, el cachorro se veía demasiado delgado.
—Hay que llamar a Jungkook— el tigre puso en palabras lo que pensaba hacer Yoongi. Cerrando la puerta ambos salieron del dormitorio, quedándose a hablar en el garaje.
—Vamos a necesitar ayuda—, hablo el zorro mientras buscaba el teléfono en el bolsillo interno del saco— el gatito es valiente, pero se nota lo mucho que lo estamos lastimando con el viaje.
—No creo que sea prudente transportarlo en una ambulancia— se cruzo de brazos Jin mientras recostaba su sólido cuerpo a la camioneta.
Una sonrisa de autosatisfacción se dibujo en el rostro del zorro — Creo que a la larga sería mejor, nadie podría esperarse que la pareja del alfa fuera transportado en un helicóptero con soporte médico.
—Ni siquiera nosotros nos lo esperábamos— bufo el tigre sin poder disimular su malestar—. Todo esto parece una mala broma.
Ambos hombres guardaron silencio, habría que ver como se tomaría todo el asunto Jungkook. El zorro marco el número del alfa en el teléfono celular, después de esperar unos segundos la voz del hombre se escucho al otro lado de la línea— ¿Ya está con ustedes? — fue directo al punto, como era de esperarse.
Yoongi se tomo unos segundos para pensar en que responderle—Si, aunque no está en el estado en que esperábamos encontrarlo.
—¿Y eso? — La voz del alfa no dejaba lugar a dudas de que el hombre carecía de sentido de humor en esos momentos— no me digas que todavía sin haber llegado a su primera luna llena el mocoso ya esta jodiendo con alguien.
El zorro tuvo que morderse el labio para no reírse, a pesar de que Jungkook lo negara, el asuntito con Jimin le había dado un duro golpe a su ego—. No hermano—, le hablo como el amigo que era— ¿Recuerdas que paso cuando el gatito malcriado te mordió?
El alfa se tomo unos momentos para responder— Me lo quite de encima...
— Pues al parecer lo golpeaste duro—, la verdad es que no había manera de endulzar el asunto— el chico se quebró varios huesos cuando ya había convocado el cambio.
—¿Cómo esta? — La preocupación concordaba más con la imagen que Yoongi tenía de su alfa— ¡No lo sabía!
— Y lo que te falta por saber—, no pudo evitar soltar un suspiro cansado— los huesos en su mayoría ya han sanado, pero los nervios de la espalda todavía se están conectando entre sí. Esto hace que sienta mucho dolor y que no pueda ponerse de pie.
—¿Es permanente? — Fue la pregunta de rigor.
—Leí el informe médico—, el zorro se paso la mano por el cabello, en un gesto nervioso— si su familia lo hubiera puesto en rehabilitación, para esta hora ya estaría sobre sus pies.
El silencio en la línea se vio interrumpido por un bajo gruñido— ¿Se puede saber por qué diablos no lo han llevado?...
Hasta donde sé, la dote que pague por Jimin era bastante jugosa como para que no pudieran pagarle a un maldito mata-sanos.
Yoongi dejo que su alfa despotricara un poco, le alegraba saber que la noticia tenía el mismo efecto que en él—. Algunos padres son realmente una dulzura—, no pudo evitar ironizar el zorro, que bien sabía de que hablaba— por ahora lo importante es que el chico está con nosotros. Tuvimos que parar en un motel de carretera, el viaje se está convirtiendo en toda una tortura para la espalda lastimada.
—Traten de llevarlo hasta el aeropuerto, los esperaré allí en la mañana con un helicóptero con soporte médico— fue la orden fuerte y clara del alfa.
El Beta de la manada había estado escuchando en silencio la conversación entre el abogado y Jungkook, al parecer su alfa no había insinuado nada acerca de devolver al cachorro con su antigua familia.
Dejando el teléfono dentro del bolsillo del pantalón de vestir, Yoongi le dirigió una mirada preocupada a Jin—Jungkook nos esperara en el aeropuerto— encogiéndose de hombros, agrego— me da escalofríos pensar en todo lo que sufrirá con el viaje hasta allí.
—Conduciré despacio—, se incorporo el tigre, alejándose del sostén de la camioneta— tardaremos más si es necesario.
Al entrar a la habitación los hombres encontraron al joven felino profundamente dormido. Pensando en la seguridad del chico decidieron dormir en el piso, sobre la alfombra, en sus formas animales.
El viaje fue tan malo como el tigre y el zorro se imaginaron, el joven gatito tuvo que ser sedado, llegando al aeropuerto totalmente noqueado. Allí los esperaba Jungkook con el personal médico necesario, a los paramédicos simplemente se les dijo que transportarían a un paciente con lesión en la espalda.
Jungkook se sorprendió al ver la pequeña figura del chico acostado en la camilla, vestido con un piyama color arena, no dejaba duda que era un pequeño cachorro herido. Lo recordaba con el cabello más largo, al parecer lo había cortada hasta dejarlo a la altura de sus orejas. Unas sombras grises bajo los ojos cerrados, le daban al fino rostro felino una apariencia enfermiza, eso y la delgadez le dieron pistas de que Yoongi no le había dicho todo acerca del estado de salud del chico.
-Llévenselo- ordeno Jungkook. colocando la camilla dentro del helicóptero se prepararon para el regreso.
Taehyung abrió los ojos, la luz de la habitación era demasiado intensa para su vista cansada. Con un gemido cansado recorrió con la mirada el lugar tratando de ubicarse, poco a poco los recuerdos del día anterior fueron llegando. Un temblor nació en su estomago hasta que este hizo resonancia en todo su cuerpo, tenía miedo, al menos con su familia sabía que esperar.
Después del susto inicial, logro tranquilizarse al notar que estaba solo en ese lugar desconocido, respirando profundo regreso a retomar el control sobre su estado de ánimo. Estudiando la habitación desde su posición horizontal sobre la cama, se dio cuenta que el lugar era una habitación bonita, no bonita acogedora, sino simplemente limpia, ordenada y con todo lo necesario para ser un dormitorio.
El lugar donde estaba acostado era amplio, lo suficiente para caber tres personas cómodamente, una mesita de noche de color blanco a cada lado de la cama. Un mueble donde podía acomodar su ropa de ser necesario, un espejo de cuerpo entero colocado en la pared. Taehyung suponía que una de las dos puertas que había era la que llevaba al baño, la otra debía ser la de salida. Todo estaba pintado en colores claros, nada que diera pistas de quién era el dueño de ese lugar.
Poniendo todas sus fuerzas en los brazos, se apoyo en los codos para lograr sentarse. El dolor era casi insoportable, una suerte que en el último mes ya estuviera bastante familiarizado con este. Halando las almohadas, las puso tras su espalda, logrando quedar con el dorso erguido. Jadeando por el esfuerzo, puso toda su atención en averiguar la manera en que lograría llegar al baño.
Para la total alegría de Taehyung, algún dios benevolente vio su difícil situación y envió ayuda en la forma de una mujer alta y rubia que entro a su habitación sin tocar.
-Veo que la pareja de mi alfa ya está despierto- la sonrisa de la chica parecía honesta-. Es mi deber hacerlo sentir cómodo- dedicándole un guiño travieso, agrego- además de que lo voy a poner bonito para que todos envidien la suerte del líder de la manada de los tigres.
Taehyung, a pesar de su nerviosismo, no pudo evitar devolverle la sonrisa- ¡Gracias! - Los ojos del chico se fijaron en la ventana abierta, se veía luz detrás de las cortinas, pero no lograba ver que nada se moviera tras estas- ¿Dónde estoy?
-Empezare por decirte que mi nombres es Lucia- se presento a sí misma la chica, yo seré tu enfermera hasta que te pongas bien- Mientras reacomodaba las almohadas tras la espalda de Taehyung, agrego- y con respecto a dónde estás, creo que estaría bien decir que esta es la habitación de huéspedes del departamento del alfa.
La sola mención del hombre hizo que el ritmo cardiaco del cachorro se disparara - ¿Él está aquí?
-No-, fue la respuesta de Lucia- él está ocupado con Yoongi y el Beta. Han estado encerrados en la oficina del alfabdesde hace un buen rato-. Ignorando por completo el miedo que llevaba al pánico al joven felino, la enfermera comenzó a ayudar a Taehyung con sus necesidades más inmediatas.
Desayunado, bañado y vestido con una deliciosa piyama de seda de un negro tan intenso que resaltaba su bella piel el cachorro se sentía casi en el cielo. Una lástima que la nube negra llamada Alfa Jungkook, empañara su mundo perfecto.
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